Hasta el 2 de septiembre se realiza la muestra Habitar la Trama, la cual fue inaugurada con un reducido público -debido a la contingencia sanitaria- el pasado 11 de agosto. La exposición de Villarroel en el Museo Histórico de Placilla en Valparaíso está abierta al público y puede ser visitada previa inscripción.
El artista señaló la importancia de volver a la semi-presencialidad: “Esto nos permite volver a pensar la imagen y cómo se interactúa con ella, ver de qué manera el trabajo planteado nos permite la interacción y la movilidad de las personas en un contexto nuevo y por descubrir. La espacialidad del lugar – museo-, se ve alterada con la propuesta, se hace habitar y se recorre entremedio de carpas de papel de diario, los tránsitos de quien visita la muestra se encuentran con esa fragilidad y una materialidad que se hace efímera en el espacio mismo”.
Habitar la trama.
Habitar un paisaje desalineado.
Siempre llegarás a esta ciudad. Para otro lugar -no esperes-
No hay barco para ti, no hay camino. “ La ciudad”, Kavafis.
El hombre mira un impreso. El tipo a que nos referimos no es un tipo de metal,
una letra de molde. Es la imagen del ojo estampada en el papel y que, por
extensión, también suele llamarse tipo. “Técnicas graficas”, Mauricio Amster.
Las calles, las casas ordenados mayormente en línea continua, nos permiten mostrar la profundidad y la fugacidad del paisaje, es en ella donde la pronunciada línea de la calle y de las casas se desalinea, en un espacio en el que dejan asomar los bordes de otra ciudad, observar la ciudad es mirar también por los rincones, en aquellos espacios invisibilizados que se arriman como pueden a la ciudad. Sea ésta bajo el puente de un río, un árbol, o en la boca de un túnel del metro para darse abrigo. Es en éstos espacios donde la ciudad se nos hace múltiple dentro de la misma ciudad haciéndose habitar desde otro lugar.
Desplazar la mirada, poner la mirada en el paisaje donde la linea se interrumpe, eso que comparece desde lo otro, aquello no nombrable, lo que deviene del otro lugar y que viene a ser parte de un presente que como imagen ciudad se nos ausenta a la mirada, con el gesto evasivo del ojo, y que pretendemos borrar e invisibilizar parte del paisaje de la ciudad y de sus habitantes.
La ausencia de la mirada bloquea, exilia, la mirada ausente hace emigrar el lugar a otro lugar. El espacio, el tiempo, del lugar se desplaza en el espacio, el espacio tiempo se espacea en el lugar para habitarlo desde una orilla, o desde el borde en el que uno quiera instalarse.
Los textos del papel impreso trazan también esa profundidad del paisaje erradicando todo paisaje, deshabitando todo posible paisaje determinado por las palabras, el texto y las imágenes. Las palabras se dejan estar para ser imágenes que se sobreponen, para interrumpir e imponer una mirada.
Aquí, sin embargo el conjunto de objetos dispuestos dejan abierta la posibilidad de remirar el espacio que habitamos, y qué es en ello lo que estamos habitando en este tiempo.
La construcción de estos objetos, el diario como residuo diario, la trama de textos, fieltros que onstruyen un tiempo, hebras de hilos que se descuelgan en ese tiempo como cuentas, narrando otras historias. El espacio público se nos asoma como un trazo de una manera desarmada y en ello el espacio queda abierto para ser construido y habitado desde diferentes puntos de vista, en un tiempo y en un espacio donde la palabra y los objetos se dejan estar y se hacen estar como una imagen abierta a lo publico.
RV.
Agosto 2021.
Ricardo Villarroel Corvalán.
Artista Visual.