27 agosto 2020

Profesor Fernando Huenchullanca Godoy: “Habitamos no sólo espacios físicos, sino que también los espacios percibidos”.

El profesor del Instituto de Arquitectura y Urbanismo de la UACh, Fernando Huenchullanca Godoy, analizó cómo se ha avanzado en proyectos relacionados a espacios públicos y discapacidad visual, desde la arquitectura para el activismo social en la ciudad de Valdivia.

Actualmente, como Magíster en Diseño de Entornos Sostenibles y arquitecto asesor de la Organización Ciegos del Sur, plantea la necesidad de tener espacios públicos más inclusivos, donde la forma arquitectónica y urbana se conciba de manera estéticamente honesta con el ser humano y el medio ambiente.

En ese sentido, en el año 2017 diseñó un nuevo Paseo Peatonal Libertad de Valdivia, con predominancia en el paisaje sonoro urbano, además de diseñar el anteproyecto de un edificio que permita a los ciegos un proceso de acompañamiento más efectivo.

Al respecto indicó: “En Valdivia existe un slogan de que somos una ciudad inclusiva, sin embargo, la accesibilidad a los servicios públicos es limitada. Por otra parte, el plazo legal para que los recintos de uso público garanticen la accesibilidad a todas las personas caducó el año pasado.

Habitamos bajo el alero de una cultura oculocentrista donde todo entra por la vista, cuando en términos de desarrollo urbano debería existir mayor autonomía a las personas y desde ese aspecto los ciegos se cuestionan la inclusión en el espacio público”.

¿Cómo sería entonces a su juicio una ciudad inclusiva?

Aún en este siglo, donde la hegemonía de lo visual predomina en la construcción de los espacios urbanos, escuchar, sentir y diseñar la ciudad desde la sensibilidad urbana, es una forma de contribuir a nuevas líneas de diseño arquitectural, más sensibles a los espacios sociales, manifestándose en formas vinculadas a arquetipos arquitecturales sonoros del habitar cultural.

Es importante también analizar los aromas, las texturas y los sonidos de nuestros espacios públicos, pues habitamos no solo espacios físicos, sino que habitamos también espacios percibidos. Un ejemplo de esto es el Trabajo de Título presentado en el Magister MADE. denominado “El espacio público desde la no visión: El caso del Paseo Peatonal Libertad de Valdivia”.

¿Cuál es el camino que está recorriendo la Escuela de Arquitectura UACh en esa línea?

En este sentido, nuestra escuela tiene un compromiso con una dimensión tanto física como social, que propicia y acoge dinámicas de participación para todos los miembros de una comunidad, sin distinción.

“En definitiva, la arquitectura para el activismo social desde la sensibilidad urbana, se traduce en un aporte significativo para diseñar entornos más sostenibles desde la perspectiva de la inclusión, al incorporar una construcción colectiva de conocimientos que se aproximen a la lógica del diseño mediante la asociación de estrategias que respondan a la construcción de espacios públicos más sensibles, sostenibles y sustentables”