03 junio 2021

En memoria del artista y profesor Don Germán Arestizábal

Conocí a Germán gracias a una invitación misteriosa del colega y premio nacional de arquitectura Don Edward Rojas en una de sus visitas a la ciudad de Valdivia.

Me dijo: “… Si te interesa el collage tienes que conocer a Germán, su obra me hizo empezar a pensar en imágenes”. Imaginé a Edward como estudiante intentando replicar los trazados y dibujos de Germán y descubriéndose a sí mismo en el proceso, como si me hubiesen abierto una compuerta a un rincón insospechado de la mente del arquitecto, acepté la aventura con ansias.

Aquella tarde manejé hacia la salida sur de la ciudad. Lloviznaba, estaba gris y húmedo y en medio de una población de casas idénticas nos recibió su mujer en la puerta, sonriente. Él estaba sentado en el comedor y discreto habló de su salud, del cansancio de los años y de su obra. Nos invitó a revisar sus pinturas y dibujos guardados en bolsas y carpetas en una pieza al fondo de un pasillo alambricado. Todo estaba un tanto abandonado, pero a pesar de eso, su mujer nos entregaba con orgullo y cuidado cada lámina, cada papel bien envuelto.

Edward compró un par de piezas, y Germán agradecido en su infinita modestia parecía sorprendido del interés en sus trabajos. Dibujos crueles, abiertos, luminosos, llenos de personajes que se burlaban del mundo con sus cuerpos redondos.
Germán fue un regalo, un puente con el pasado de la escena artística nacional que gracias a un accidente se presentó en mi camino.

Este año, Ivan Flores, director del Instituto de Artes Visuales, trabajaba en un Fondart junto a Germán, sobre su obra. Cuando supe de este proyecto sentí que se estaba haciendo justicia y que por fin se iba a dar espacio a esa presencia. Supongo que el proyecto toma hoy más sentido que nunca.

Por mi parte, agradezco haber podido admirar y palpar su obra potente y mordaz y tener el lujo de haber escuchado su voz, visto sus ojos, recorrido sus espacios. Se fue un grande de la escena artística que, como muchos otros artistas, se disuelven silenciosos en días de lluvia, pero no te olvidaré, no te olvidaremos.

 

                                                                    Carolina Ihle, Prodecana Facultad de Arquitectura y Artes UACh

 

Fotografía: Archivo Fortín Mapocho