La docente del Instituto de Arquitectura y pro decana de la Facultad de Arquitectura y Artes UACh Carolina Ihle participó entre los días 10 al 15 de abril en el Programa de Residencias Artísticas en la Región de Los Ríos, Bruma, desarrollado gracias a una alianza entre la Universidad Austral de Chile junto al Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, instancia que reunió a dieciocho artistas nacionales, académicos UACh y artistas locales.
La iniciativa buscó intercambiar experiencias científicas, ecológicas, afectivas, artísticas, sociales y culturales insertas en el territorio en diversas locaciones de paisajes naturales insertas en el territorio de Los Ríos.
La docente de Arquitectura UACh participó junto a las y los artistas y académicos UACh Claudia Müller, Felipe Rivas, Josefina Buschman, Luis Guzmán, Rodrigo Gómez, Georgina Canifrú, Valentina Inostroza, Lucía Egaña, Juana Guerrero, Isabel Torres, Constanza Lobos, Valentina Serrati, Elisa Balmaceda, Mauricio Lacrempette, Bárbara Carrasco, Alejandro Albornoz y María José Besoain. A ellos se les suma tres agenciadores de la zona sur austral: Nataniel Álvarez, Gonzalo Castro-Colimil y Elisita Balbontín.
El programa contó con un recorrido para tres grupos diferentes de artistas: Travesía Fluvial Río Bueno, Refugio UACh Parque Nacional Alerce Costero y Laboratorio Costero de Recursos Acuáticos de Calfuco UACh.
El programa de residencias BRUMA concluirá el sábado 15 de abril con el seminario «Ecotecnias: Prácticas de residir», con las presentaciones de Flavia Costa (UBA), Catalina Luengo (UDEC) y Gabriela Munguía (UNTREF) y la participación de Ximena Moreno (MINCAP) y Veronika Liebl (ARS Electrónica).
Finalmente a las 17 horas en Galería Réplica se cerrarán las actividades con la instalación multimedial «En el borde la orilla» de los artistas BOLGERI.
Su relato
Sobre su participación en esta instancia, Carolina Ihle nos contó: “Mi participación en la residencia ha sido en la travesía fluvial. Fueron tres días intensos en los que habitamos sobre, bajo y en el agua y alojamos en la rivera en carpas tomando mate junto a fogatas de palos húmedos.
Recorrimos 43Kms en una balsa y 3 duckies flotando durante gran parte del día y vimos el agua en cientos de formas distintas: como líneas, en borbotones, de abajo hacia arriba rebotando en la superficie del río, como espirales y alas en los rápidos, como brisa en racimos sobre el bosque y como masa iluminada por el sol suspendida y estática sobre nuestras embarcaciones.
Mientras nos deslizábamos conversamos sobre nuestros proyectos, discutimos ideas y compartimos experiencias y recuerdos. Finalmente construimos redes, afectos y polinizamos nuestras mentes”.
Sobre la experiencia de la residencia, la docente UACh añadió: “Fue un espacio de excepción que nos hizo hablar sobre nosotros mismos, sobre el tiempo, sobre nuestro trabajo y sobre el territorio, pero siempre entremedio de apuros y problemas concretos, entre remar y armar toldos y secar sacos y levantar carga.
Pasamos rápidos, pasamos frío, pasamos susto pero nunca hambre porque Joao el cocinero nos cuidó y dio la mejor comida de camping jamás vista y siempre entregada con una sonrisa colgada desde su cabeza llena de rastas.
Estuvimos mojados en trajes de agua casi todo el tiempo. Terminé con las uñas blandas, los pelos engrifados y las mejillas rojas y resecas como pescador”.
Me siento inmensamente afortunada, hice amigos para un buen tiempo y me llenaron de ideas. Aprendí sobre nubes de basura tecnológica, espejos de agua que giran, nieblas de espirales cargados de microplásticos, anarquía, feminismo, evolución afectiva y reggeton, imágenes creadas con inteligencia artificial, machis y sueños de bichos raros al borde de un rio y bajo una luna hecha de naves alienígenas, obras que son protocolos de armado de otras obras, historias de la representación de las nubes, reivindicaciones territoriales con música que emana de restos arqueológicos, ríos en países lejanos donde la gente muere a racimos en cuevas y culturas del consenso y del autonombrarse.
El resultado de esta residencia para mi está por verse. Me hicieron vivir tres días en Pandora y me tiraron de vuelta a la universidad, no sé si pensaron bien las implicancias de exponernos a esto.”